En días recientes el Insurance Institute for Highway Safety -IIHS- sometió a cuatro modelos del segmento de las minivans -Nissan Quest, Chrysler Town & Country y Toyota Sienna y Honda Odyssey- a la prueba de choque frontal con superposición moderada. Debido al grado de daños que sufren los vehículos, muy pocos modelos logran obtener una buena calificación en este examen de seguridad.
Dentro de este crash test sólo Sienna obtuvo la calificación de aceptable, que sumado a la serie de sistemas de seguridad como la advertencia de colisión y el frenado automático, le valieron la calificación de Top Safety Pick+ al exponente de Toyota. Por su parte, el resto de los modelos lograron malas calificaciones.
Mientras que Sienna logró una calificación aceptable gracias a que se modificó la estructura frontal del modelo 2015, las demás minivans no pudieron mantener en buenas condiciones al dummie ubicado en la posición del conductor debido a la deformación de la cabina.
En términos prácticos la prueba de choque frontal con superposición moderada simula lo que sucede cuando la esquina delantera del vehículo choca contra otro vehículo u objeto (poste o árbol) a una velocidad de 40 mph. Este tipo de accidentes son sumamente peligrosos debido a que la carrocería no absorbe de la misma manera el impacto al estar situado en un extremo del vehículo.
Desde la introducción de esta prueba por parte del Insurance Institute for Highway
Safety los fabricantes se han visto en la necesidad de rediseñar las estructuras de sus vehículos para poder obtener una calificación superior, en este caso el Top Safety Pick.
Cabe mencionar que de todas las minivans que se venden en Estados Unidos las Toyota Sienna y Honda Odyssey son catalogadas como las más seguras del segmento. Sólo queda esperar el resultado de la Kia Sedona que aun no se ha sometido al crash test debido a que está recibiendo mejoras en cuestión de seguridad.